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19 Respondió Gedeón:

— Eran mis hermanos, hijos de mi madre. ¡Vive el Señor, que, si los hubieseis dejado con vida, no os mataría yo ahora!

20 Y dijo a Jéter, su hijo mayor:

— ¡Anda! ¡Mátalos!

Pero el muchacho no desenvainó la espada; no se atrevía, porque era todavía un muchacho. 21 Cébaj y Salmuná dijeron:

— Anda, mátanos tú, pues un hombre se mide por su valentía.

Gedeón se levantó, mató a Cébaj y a Salmuná y se quedó con las lunetas que llevaban al cuello sus camellos.

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